En los artículos anteriores “Como descubro el mundo” y ¿Cómo descubro el mundo? Parte II, conocimos la importancia de los sentidos y cómo los niños descubren el mundo a través de ellos, en estos artículos nos referimos a los sentidos del Tacto, Vista y Oído, hoy te invito a conocer los dos últimos sentidos, el olfato y el gusto, igual de importantes, porque si alguno de ellos no existiera, no sería posible relacionarnos con el medio ambiente ni percibir los estímulos que el medio nos ofrece a diario.
El olfato y el gusto están estrechamente relacionados, ya que ambas producen sensaciones que son transmitidas directamente al cerebro. El sentido del olfato completa el sentido del gusto determinando, en gran parte, el sabor y la cualidad de un alimento que puede resultar agradable al paladar tanto en comidas como en bebidas.
Sentido del olfato
El sentido del olfato funciona a través de la nariz, donde percibimos las distintas sustancias que tienen la capacidad de cambiar o variar con facilidad (sustancias volátiles), estas sustancias ingresan a través de los orificios nasales, olores que son percibidos y que generan una respuesta en nuestro cerebro, nos abre el apetito, nos relaja, nos generan rechazo, como también se accede a recuerdos que nos traen a la memoria personas, lugares o situaciones relacionadas con estas sensaciones olfativas, la comida nos gusta más o menos en función de su aroma, nos atraen las personas según el perfume que utilicen, los lugares nos parecen más o menos limpios según como huelan, pero también muy importante, es que nos previene de peligros como el fuego, un escape de gas o de otros tóxicos. Creemos dejar el olfato como uno de los sentidos menos importantes, pero no nos damos cuenta de lo mucho que nos ayuda en nuestro día a día y que está directamente relacionado con el gusto.
Algunos tips para estimular el sentido del olfato de tu hijo son:
* Distinguir olores cotidianos tales como de alimentos y condimentos o romper hojas y oler flores ponen al descubierto cogniciones importantes.
* Un baño de espuma con un aroma especial o velas aromáticas con aceites naturales no solo fomenta el sentido olfativo, sino que también puede resultar muy relajante y estimulante para tu hijo.
* Cocinar algo delicioso juntos y mientras, oler los ingredientes y los condimentos que se van utilizando.
* Juego de memoria con olores en trozos de algodón, pueden ser olores de perfumes, jabones o aceites esenciales, oler un algodón y encontrar la pareja en una selección de algodones.
* Jugar a reconocer olores de distintos sacos de tela rellenos de distintas hierbas naturales.
* Experimentar olfativamente con productos de higiene cotidianos como desodorantes, polvos de talco, pasta de dientes, crema, colonia, etc.
* Experimentar con olores menos cotidianos.
* Pedir a tu hijo que describa dos o tres olores entrena su vocabulario.
Hay que tener en cuenta que no hay respuestas incorrectas, puede elegir colores, imágenes o metáforas para describir el olor. A medida que tu hijo/a vaya creciendo, sus descripciones serán más precisas e imaginativas, además cuando los niños son muy pequeños no distinguen entre olores buenos y malos, es cuando crecen que aprenden a hacer esa distinción. En general, oler cosas con los ojos cerrados es una muy buena manera de entrenar el olfato.
Sentido del gusto
El sentido del gusto consiste en registrar el sabor e identificar determinadas sustancias que se ponen en contacto con la lengua y que gracias a éste órgano se permite percibir distintos sabores, agradables o no, como respuesta a la combinación de varios estímulos. Me imagino que tú como mamá siempre estás pendiente de los alimentos que tu hijo/a se lleva a la boca, nos preocupamos de que no coma cosas extrañas o evitamos darles a probar alimentos con sabores nuevos, sin embargo, los niños pasan por fases a medida que el cerebro madura y que crecen las redes neuronales que dan forma a la percepción y al comportamiento, manifestando agrado por sabores que ni tú te imaginas, pueden ser picantes, ácidos o amargos, pero lo que es cierto, es que las sensaciones de sabor de cada persona es como una huella digital que se construye en parte por los genes y otra por experiencias, y que va cambiando a medida que se prueban más alimentos y bebidas, con esto podemos lograr que desarrollen su curiosidad por el sentido del gusto y finalmente aprendan a comer de todo.
Hoy en día, considerando la cantidad de productos precocinados y pre condimentados, nos hace darnos cuenta que la percepción del sabor de los alimentos ya no es tan sensible como lo era en el pasado, por lo que aquí te dejo algunos sencillos ejercicios que puedes realizar con tu hijo para entrenar el sentido del gusto.
– Exponer al niño a sabores diversos y de contraste como dulce y salado o amargo y ácido. Lo básico es que empiece a distinguir lo dulce de lo salado, puedes probar darle sal en la muñeca de su mano, y preguntar si sabe lo que es, luego hacer lo mismo con el azúcar, al finalizar decirles que la sal se presenta en alimentos salados y el azúcar se presenta en alimentos dulces, ya con esto, tu hijo puede comprender o asociar estos sabores a diferentes alimentos que irá probando a medida que va creciendo.
– Adivinar ingredientes frescos con los ojos vendados es una actividad que se puede integrar en el día a día. “Adivina qué es”, con el que se dará cuenta de los diferentes sabores que prueba. Con los ojos cubiertos, dale a probar diferentes alimentos: frutas, su postre favorito, galletas, pollo, aceitunas sin hueso…Tendrá que adivinar qué alimento es y describir su sabor (dulce, salado, amargo…). Esto le servirá para juzgar un alimento exclusivamente por su sabor y desarrollar su capacidad gustativa.
– Otra variación del juego anterior es con líquidos. Puedes darle a probar zumos naturales de manzana, naranja, agua, leche, batidos, etc. para que los identifique. Incluso puedes colocar en el juego un vaso de agua salada para hacer una especie de ruleta rusa divertida y ver a quién le toca ese desagradable sabor.
– Cocinar en conjunto siempre es una actividad muy entretenida para los niños, aún más, si después se degusta lo cocinado.
Es importante considerar que el sentido del gusto, es aquel que permite percibir sabores por la lengua a través de las papilas gustativas y que las cuales pierden su capacidad de detección con el paso de los años.
Conclusión
Finalmente, podemos decir que el tacto, vista, oído, olfato y gusto, se complementan entre sí, proporcionando su trocito de información que ayudarán a tu hijo/a a entender lo que ocurre en el entorno, a explorar su alrededor más próximo permitiéndose “descubrir el mundo a través de los sentidos”.